Semilla de Maíz Forrajero
$ 20.000
La semilla de maíz forrajero es de alto rendimiento, ideal para alimentación de ganado bovino. Produce hasta 12 kg/m² de forraje verde con 25% de materia seca. La planta completa, incluida la mazorca tierna, se aprovecha antes del grano lechoso, conservando su valor nutricional. Adaptada a climas cálido, templado y frío, con cosecha entre 45 y 120 días según altitud.
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DESCRIPCIÓN DEL PRODUCTO
Características del Maíz Forrajero
La semilla de maíz forrajero es un insumo agrícola de alto rendimiento, diseñado para producir grandes volúmenes de forraje de excelente calidad nutricional en cortos periodos de tiempo. Por cada kilo de semilla se pueden sembrar entre 125 y 150 metros cuadrados, con una producción que puede alcanzar entre 10 y 15 kg de forraje verde por metro cuadrado, dependiendo del manejo agronómico, fertilización y condiciones climáticas.
Esta variedad permite aprovechar la planta entera, incluida la mazorca tierna, la cual no ha iniciado la fase de grano lechoso, lo que asegura un contenido óptimo de energía, proteínas y fibra digestible para bovinos. Es especialmente útil como fuente de materia seca de alta calidad, con una relación promedio de 75% agua y 25% materia seca, lo que equivale a 3 kg de materia seca por metro cuadrado, o 30 toneladas de materia seca por hectárea en un corte ideal a los 60 días.
El ciclo de cosecha varía según la altitud:
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Clima cálido (0–1500 msnm): entre 45 y 60 días máximo para cosechar antes de inicio de fase de grane lechoso.
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Clima templado (1500–2000 msnm): entre 50 y 70 días.
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Clima frío (2000–2500 msnm): entre 80 y 120 días.
La siembra también se ajusta a la altitud:
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Cálido: surcos de 60–70 cm y 10 semillas por metro lineal.
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Templado: surcos de 80 cm y 8 semillas por metro lineal.
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Frío: surcos de 1 metro y 5 semillas por metro lineal.
Beneficios destacados del maíz forrajero como materia seca para ganado:
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Alta digestibilidad y contenido energético.
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Rica en proteínas y azúcares solubles, fundamentales para bovinos rumiantes.
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Excelente para ensilaje o consumo directo.
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Elevado rendimiento por hectárea, ideal para sistemas intensivos de producción.
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Permite varios cortes por año en zonas cálidas.
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Adaptabilidad a diferentes pisos térmicos, con excelente comportamiento agronómico.
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Sustituye de forma efectiva pastos o alimentos concentrados en épocas de escasez.
